Juan José Olivares
Enviado
Periódico La Jornada
Miércoles 18 de enero de 2012, p. 9
Mokra Gora, Serbia, 17 de enero. “Yugoslavia ya no existe.” Esta es una frase del guión de la película Underground, del cineasta serbio Emir Kusturica, quien a lo largo de sus filmes y en entrelíneas ha narrado la situación contemporánea en la región de los Balcanes, convulsionada por problemas geopolíticos, religiosos y sociales.
Los Balcanes, palabra que significa montañas, ha sido una frontera natural y cruce entre civilizaciones de oriente y occidente. Los conflictos bélicos (como la división de Yugoslavia y la independencia de la región de Kosovo) de finales de los años 80 y toda la década de 1990, entre serbios, bosnios y albaneses, trajeron miles de muertes y la destrucción de ciudades y pueblos enteros, entre los que estaba el de Kusturica, cerca de Sarajevo, hoy capital de Bosnia y Herzegovina.
La historia de esta región es compleja y habría que regresar la memoria a tiempos antes de Cristo, con las primeras invasiones de griegos, romanos y otomanos (posteriomente, a partir del siglo XIX, de los austro-húngaros), para entender el karma de distorsión social que se ha vivido en la zona, con una geografía de por sí complicada.
Premio a la reconstrucción
Kusturica perdió su pueblo cuando la guerra, pero años después, entre sus periplos por la región y buscando locaciones para uno de sus filmes –La vida es un milagro–, encontró una de tantas villas que existen en los Balcanes, ubicada en la región de Mokra Gora, en Serbia, no lejos de la frontera con Bosnia. La villa estaba destruida al igual que muchas, pero le sirvió para su rodaje. Sin embargo, luego de algunos años de haber filmado esa cinta, y con la nostalgia de lo perdido, decidió regresar al lugar para fundar su propia aldea: Küstendorf.
El nombre de Küstendorf proviene de un posible juego de palabras en alemán elegido por el propio Kusturica: podría significar Villa en la Costa (irónicamente, pues está en el corazón de las montañas), pero también puede ser una ambigüedad divertida que lo ha llevado a decir: la Villa de Kustu, como de cariño se llama al cineasta. De entrevista en entrevista ha dicho que se llama Drvengrad, que significa Villa de Madera, pero también Mecavnik (por el nombre de un pueblo cercano), aunque uno de los nombres más recientes que le ha dado es Sharingrad, Villa Multicolor.
La realidad es que Küstendorf es el nombre oficial, pues desde que se inició su reconstrucción –cuya arquitectura obtuvo el premio Philippe Rotthier, en 2005– se concibió como un centro cultural en el que se organizan, desde hace unos años, seminarios para la gente que quiere aprender a hacer cine, y como foro en el que se realizan conciertos, así como talleres de pintura y cerámica.
Es el lugar en el que Kustu decidió vivir (cuando no está en festivales por todo el mundo) y en el que “la gente interesada vendrá de vez en vez. Siempre soñé con abrir un lugar con una diversidad cultural que representara todo lo contrario a la globalización”, plantea Kusturica, quien imaginó lo que ahora tiene Küstendorf: una especie de mini escuela de cine (que se inició en 2005 con un taller impartido por él a unos 30 estudiantes de todo el mundo), una estancia ecoturística, restaurantes y cabañas para él, su familia, amigos e invitados, entre los que ahora está La Jornada.
Desde 2008 se realiza en esta villa el Festival Internacional de Cine y Música Küstendorf, que se inauguró anoche y que no tiende alfombra roja para ser recorrida por los grandes nombres del cine mundial, como dijo Kusturica luego de la inauguración, acompañada de una tremenda nevada, que no mermó el ánimo de los presentes. Más bien es una reunión del cine no comercial: la competencia oficial muestra trabajos de estudiantes de algunas partes del mundo, quienes compiten por el galardón llamado el Huevo de Oro.
Por las veredas –ahora repletas de nieve y cuyos nombres se dedican a cineastas como Andrei Tarkovsky, Branislav Nusic, Jean Vigo, Nikita Mikhalkov, Federico Fellini, Ingmar Bergman, Lucino Visconti o Bruce Lee– desfilan algunos de los jóvenes invitados, así como realizadores y actores de renombre en el mundo del cine al margen de Hollywood.
Invitados destacados
En esta edición brilla la presencia del neoyorquino Abel Ferrara, destacado realizador independiente; también estará Kim ki-duk (a quien se reconoció con un galardón especial), sobresaliente director y guionista de Corea del Sur, premiado en Cannes, al igual que el turco Nuri Bilge Ceylan, autor de Una vez en Anatolia, quien recibió el gran premio de ese festival francés en su edición pasada. También estarán los hermanos belgas Jean-Pierre y Luc Dardenne, dos veces ganadores de la Palma de Oro, máximo reconocimiento del festival galo, cuyo director, Thierry Frémaux, ofreció una breve clase con todo e imágenes de los hermanos Lumière, oriundos de Lyon, “donde se originó el séptimo arte”, aseguró el titular de ese festival en el acto inaugural.
De Francia también estará Isabelle Huppert, una de las actrices más reconocidas en las pantallas del país galo, quien ha protagonizado cintas que han recorrido el mundo, como Madame Bovary, de Claude Chabrol.
La música, esencial
La música no podía faltar en una reunión creada por Kusturica, porque “sin ella no sabría qué hacer”, dijo.
Cinco noches estarán dedicadas a la expresión sonora. La primera será para los rusos Pelageya, quienes crean folclor aderezado con rock alternativo. También se presentará El Trío Rosenberg, de Holanda; se trata de tres primos que desde niños hacen una especie de jazz gitano. Stribor Kusturica and the Poisoners desarrollará su kitsch soul: diálogo entre los sonidos serbios y gitanos de los Balcanes. Adam Stinga ofrecerá un concierto la cuarta noche; es uno de los más reconocidos trompetistas de Moldavia.
De Serbia, la quinta esencia de las bandas: la Boban and Marko Markovic Orchestra demostrará por qué es considerada una de las agrupaciones líderes de la región desde los años 80. Cerrarán los conciertos los mexicanos de Sonido Gallo Negro y su cumbia sicodélica, que seguro hará bailar a cualquier eslavo por rígido que sea.
miércoles, 18 de enero de 2012
lunes, 16 de enero de 2012
Ambulante 2012 INFORMA:
En esta ocasión, les presentamos dos secciones que formarán parte de Ambulante Gira de Documentales 2012:
OBSERVATORIO: sección de cine documental contado desde diferentes latitudes que plantea formas alternativas de advertir y plasmar realidades, contará con los siguientes documentales.
Abuelita Lo-fi de Kristín björk Kristjánsdóttir, Orri Jónsson y Ingibjörg Birgisdóttir.
A los 70 años, Sigríour Níelsdóttir ocmenzó a grabar y difundir su propia música desde la sala de su casa. Siete años más tarde, con 59 álbumes y más de 600 canciones, se ha convertido en una figura de culto en al escena musical islandesa.
Acción lenta de Ben Rivers.
Cinta de ciencia ficción post-apocalíptica que cruza la frontera entre el documental, el estudio etnográfico y la ficción. Una reflexión sobre el concepto de la Tierra dentro de cientos de años, que juega con la forma en que evolucionan las utopías en las mini-sociedades surgidas en islas después de un elevación extrema del nivel de mar.
Tabloide de Errol Morris.
Joyce McKinney, una antigua reina de belleza, persigue al hombre de sus sueños alrededor del mundo hasta convertirse en noticia en las páginas principales de la prensa sensacionalista de Londres. La obsesión de Joyce la arrastra a un mundo surreal donde se encuentran mormones maniatados, modelos de bondage y un secreto armado.
Bosque Irreal de Jakrawal Nilthamrong.
Un cineasta tailandés le pide a un cineasta africano que filme un cortometraje sobre un padre que busca ayuda de un chamán que baila con los espíritus para curar a su hijo enfermo; todo el proceso es registrado e incluido en este filme. Esta cinta sobre la magia de hacer cine es la propuesta de Jakrawai Nilthamrong para el proyecto "Olvídate de África".
Bajo Nieve de Ulrike Ottinger.
En la región japonesa de Echigo, la gente vive bajo la nieve durante la mitad del año. Por esta razón, han desarrollado una forma de vida muy original, así como costumbres, fiestas y celebraciones religiosas particulares.
Vivan las antípodas de Victor Kossakovsky.
Con imágenes deslumbrantes y un montaje asombroso, esta cinta nos lleva en una travesía alrededor del globo a cuatro pares de antípodas (lugares ubicados diametralmente opuestos en la Tierra), presentándonos ocho historias de alguna extraña manera conectadas entre sí.
AMBULANTITO: es un espacio para que los niños, niñas y jóvenes de corazón absorban miradas globales que los transporten a realidades remotas. Este año presentamos un programa de ocho filmes que exploran el concepto de la alteridad desde distintas perspectivas: talentos individuales, luchas personales, encuentros entre distintas culturas y la distinción respect al mundo animal. Los documentales que conforman esta sección son:
Migrópolis de Karolina Villarraga.
En este corto animado, niños, niñas expatriados cuentan su historia mediante sus recuerdos, historias familiares, aventuras pasadas y sus particulares nociones sobre la distancia y el olvido.
Botella de Kristen Lepore.
Esta animación cuadro por cuadro, realizada en la playa, en la nieve y bajo el agua, ilustra una conversación transoceánica entre dos personajes que se comunican mediante objetos dentro de una botella.
La película de animales de Grant Munro.
Una animación que ayuda a los niños a explorar cómo y por qué los animales se mueven de cierta forma.
Cuatro ojos de Jean-Claude Rozec.
Malas noticias: Arnaud debe usar unos enormes e incómodos lente que no le gustan. Él prefiere vivir en el mundo de la miopía, un mundo lleno de monstruos y unicornios y otras criaturas fantásticas creadas por su imaginación.
En calle de Carlos Azcuaga.
En este primer episodio de la serie animada En Calle, Aldair nos cuenta cómo es un día en su vida viviendo afuera del metro Barranca del Muerto, y cómo puede encontrar apoyo y amigos incluso en las situaciones más difíciles, y considerarlos familia.
Hermanito de Callum Cooper.
Un adolescente se esconde tras su discapacidad auditiva para escapar de su rutina diaria y de la responsabilidad de cuidar a su hermano menor, quien tiene que usar una silla de ruedas.
Me dicen Breakstein de Sameer Al Jaberi.
Este corto documental sigue a un joven breakdancer de los Emiratos Árabes, quien se pavonea con sus movimientos con los minaretes de las mezquitas musulmanas como tela de fondo. A pesar de su pasión por este baile, no ha perdido sus raíces ni tradiciones.
Anne voladora de Catherine van Campen.
Anne, una linda niña de 11 años, padece síndrome de Tourette. Esto provoca que su cuerpo haga cosas que no quiere, como empezar a dar vueltas de repente o lamer ciertos objetos. Ana prefiere "volar" por la vida para que no noten sus "tics" ni se rían de ella.
Estas secciones se presentarán de forma gratuita en sedes paralelas.
Consulta la programación completa a partir del 1 de febrero en www.ambulante.com.mx
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