Foto: Archivo EE
La noticia tomó a casi todos por sorpresa, aun a sus más allegados, quienes estaban al tanto de que Eugenio llevaba unas semanas delicado de salud, incluso con algunas visitas al hospital.
Toussaint no sólo fue uno de los principales exponentes del jazz en México, también fue un notable compositor de música de concierto y para conjuntos de cámara; de forma quizá menos protagónica pero nunca menos importante, fue también impulsor o apoyo de varios proyectos ajenos.
Así, en incontables veces abrimos un espacio en estas páginas para el músico. Su regreso al jazz como pianista con el disco El pez dorado, sus conciertos personales, con alguna orquesta, su trío, su gusto por el vino, el reencuentro de Sácbe; su presencia en el Festival de Jazz de Montreal o en la Riviera Maya…
También su participación, como arreglista sobre todo, en los discos de Armando Manzanero, Susana Zavaleta, el de Susana Harp y la Orquesta Sinfónica del IPN.
Cualquier pretexto era bueno para charlar con Eugenio Toussaint, a quien, por cierto, no era difícil encontrar en casi cualquier concierto de jazz que hubiera en la ciudad de México. Era muy fácil localizarlo por su elevada estatura y sus coloridos sacos.
El regreso al jazz
En una de esas ocasiones, en 2002, a propósito de la salida de su disco para piano solo El pez dorado, todo un hito en su carrera, Eugenio comentó: “De pronto me di cuenta de que no era el pianista que quería ser, ni el compositor ni el músico que quería ser, me faltaba el jazz”, dijo.
Acababa de pasar, comentó, una crisis similar a la que tuvo a mediados de los 80 al dejar la dirección musical de la orquesta de Paul Anka.
Como resultado de aquella crisis regresó a México y se dedicó a estudiar orquestación (sus primeros estudios formales ya que era esencialmente autodidacta), lo que le permitió componer y estrenar durante los 90 numerosas obras orquestales y de cámara, como Hijo de la ciudad, Popol-Vuh, Concierto para violoncello y orquesta #1, Danzas de la ciudad y Suite de las ciencias.
El resultado de la crisis de de 2002 fue que se puso tocar el piano “haciendo música también con las manos y no sólo con la cabeza” y grabó El pez dorado.
Poco después armó su trío con el que tuvo muchas presentaciones en vivo y volvió a sus orígenes: el grupo Sacbé con sus hermanos Fernando y Enrique, con quienes fusionaba jazz con la música popular.
Su segundo aire
Eugenio Toussaint era un tipo divertido. En otra entrevista, realizada en 2009, afirmó que el único título que podía presumir era el de...¡enólogo!
“Soy un borracho profesional... graduado […] A esta edad [52 años, a la fecha de la entrevista] o respiras tu segundo aire o te dejas ir a la tumba. Afortunadamente yo estoy en el primero y sigo creando muchas cosas”.
La entrevista se realizó por el 30º aniversario de Sacbé, con el que grabó los discos Sacbé y Selva Tucanera, distribuidos de forma independiente en México y los Estados Unidos.
El amor al vino fue una pasión para Toussaint y, a raíz de una serie de “catas musicalizadas” que impartió, le nació la idea de hacer un disco que combinara esos dos placeres bajo el nombre de Oinos, que ahora resulta ser su último proyecto discográfico propio.
Si bien su vida estuvo llena de éxitos creativos, no fue, digamos, coser y cantar:
“Algunos me dicen: 'Eres Eugenio Toussaint, seguro eres rico. ¿Qué problema puedes tener?'. Y no es así, durante estos años he tenido buenos momentos pero también altibajos, sobre todo en lo económico. Afortunadamente aquí sigo, siendo muy honesto con lo que hago y mientras tenga choya seguiré creando y experimentado como músico y ser humano”.
Y sí, eso hizo hasta el último de sus días.
Homenaje
Eugenio Toussiant es velado en la funeraria Gayosso de la Ciudad de México. Le sobreviven su esposa Alicia, sus hijos Jan, Adrián y Valeria, sus hermanos Enrique, Fernando y Cecilia y sus padres.
A más tardar en un par de meses, el Instituto Nacional de Bellas Artes, el Consejo Nacional para la cultura y las Artes y el Sindicato de Músicos harán un concierto homenaje en memoria de este gran músico mexicano.
No hay comentarios:
Publicar un comentario